La salvación en el realismo mágico
Parado, en el tiempo y el espacio,
como la viñeta de un tebeo
a página completa;
solo rodeada del blanco
estático (así, con s, no cabe la x)
contemplo
un mundo de niños que caen por pozos
y ni siquiera les queda el recurso
de mirar las estrellas, punto de luz
como escalas que fueron para Lorca,
ahogados en piscinas, por padres
inmisericordes.
Fieles que acuden a un templo
para encontrar la paz
y mueren acribillados
como figuras de un videojuego,
tronchadas vidas a manos
inmisericordes.
de un salvaje que solo en sangre
entiende el amanecer.
O ver, en casa, encarnadas en la madre,
esas figuras de la muerte,
en un libro de oración,
sea el de Juana de Castilla
o el del Emperador.
Un cuerpo que resiste, para desmoronarse
en heces, poco a poco
y terrores en la oscuridad a mediodía.
Y ahora entiendo ese ritmo
de descubrir mundos nuevos
en letras alejadas de tantas miserias.
Ese ritmo que juega desde la música
con estrellas, pozos y fusiles
para retratar un mundo
inmisericorde
en un realismo mágico
que ayuda a cruzar el umbral
en cien años de soledad
o las maravillas del pájaro
que da cuerda al mundo.
























