De Alphaville a Murakami

HÉROES QUE BUSCAN LOS SENTIMIENTOS.

DESDE ALPHAVILLE A LAS NOVELAS DE HARUKI MURAKAMI

Antonio Joaquín González

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En 1965 se estrenó la película Alphaville, una étrange aventure de Lemmy Caution, dirigida por Jean-Luc Godard (protagonizada por Anna Karina, Eddie Constantine y Akin Tamiroff, fue premiada con el Oso de Oro a la mejor película en el Festival de Berlín). Su argumento podría presentarse así: Lemmy Caution es un agente secreto enviado a una ciudad, Alphaville, situada en otro planeta. Su misión es localizar a un agente con el cual se ha perdido el contacto. Para ello se hace pasar por un periodista que quiere entrevistar al profesor von Braunn, al cual tendrá que asesinar, pues es el principal responsable en la existencia de un mundo tan peculiar como Alphaville. Para entrar en contacto con el científico, aparece una intermediaria, Natascha, hija de este (aunque en un mundo sin sentimientos esto tampoco es decir mucho).

00106522934626____3__1000x1000Mari Asai, la protagonista de After Dark de Haruki Murakami llega a un Love Hotel llamado Alphaville. En una conversación con Kaoru, empleada del motel, le dirá que el establecimiento tiene el mismo nombre que el de su película favorita y pasa a definirla con estas palabras:

“Es el nombre de una ciudad imaginaria del futuro. Una ciudad que está en la Vía Láctea […]. Es una película conceptual. En blanco y negro, con muchos diálogos. Una de esas de arte y ensayo […]. En Alphaville, a las personas que lloran las arrestan y las ejecutan en público. […] Porque en Alphaville no está permitido tener sentimientos profundos. No existen cosas como el amor. Tampoco existen las contradicciones ni la ironía. Allí todas las cosas se procesan mediante la aplicación de fórmulas matemáticas”.

            Desde luego que todo eso es Alphaville, una expresión de la distopía, un género que aparece con cierta frecuencia en la literatura del siglo XX, bien como anuncio de lo que está por venir (los totalitarismos y la guerra mundial), bien como crítica a esos sistemas ya asentados. Entre las distintas obras que describen la anti-utopía hay que mencionar Un mundo feliz de Aldous Huxley (1932), 1984 de George Orwell (1949) y Fahrenheit 451 de Ray Bradbury (1953), novela que sería llevada al cine por François Truffaut, otro de los miembros de la Nouvelle Vague, en 1967.

Mari Asai, la protagonista de After Dark de Haruki Murakami llega a un Love Hotel llamado Alphaville. En una conversación con Kaoru, empleada del motel, le dirá que el establecimiento tiene el mismo nombre que el de su película favorita y pasa a definirla con estas palabras:

“Es el nombre de una ciudad imaginaria del futuro. Una ciudad que está en la Vía Láctea […]. Es una película conceptual. En blanco y negro, con muchos diálogos. Una de esas de arte y ensayo […]. En Alphaville, a las personas que lloran las arrestan y las ejecutan en público. […] Porque en Alphaville no está permitido tener sentimientos profundos. No existen cosas como el amor. Tampoco existen las contradicciones ni la ironía. Allí todas las cosas se procesan mediante la aplicación de fórmulas matemáticas”.

            Desde luego que todo eso es Alphaville, una expresión de la distopía, un género que aparece con cierta frecuencia en la literatura del siglo XX, bien como anuncio de lo que está por venir (los totalitarismos y la guerra mundial), bien como crítica a esos sistemas ya asentados. Entre las distintas obras que describen la anti-utopía hay que mencionar Un mundo feliz de Aldous Huxley (1932), 1984 de George Orwell (1949) y Fahrenheit 451 de Ray Bradbury (1953), novela que sería llevada al cine por François Truffaut, otro de los miembros de la Nouvelle Vague, en 1967.

            Desde la primera secuencia de Alphaville se hacen evidentes unos rasgos que definen el concepto de distopía, a la vez que anuncian elementos que posteriormente podremos encontrar en la narrativa de Haruki Murakami. Esto es lo que me propongo hacer a continuación. En el inicio de la película se presentan distintos elementos que, a la manera del surrealismo, son inconexos, aunque en su conjunto pasarán a estar dotados de una significación propia y metafórica: una lámpara de quirófano, fría, hiriente; una voz metálica, que desde la insensibilidad de una pronunciación computerizada nos define la realidad; un tren que se aproxima, que indica el viaje galáctico realizado por el protagonista para llegar a tan extraña ciudad, definida en primer lugar desde la distancia.

Tokyo_night_view_1Recordemos el inicio de After Dark que, por otra parte, es la novela más cinematográfica de Haruki Murakami

“Perfil de una gran ciudad.

Captamos esta imagen desde las alturas, a través de los ojos de un ave nocturna que vuela muy alto.

            En el amplio panorama, la ciudad parece un gigantesco ser vivo. O el conjunto de una multitud de corpúsculos entrelazados. Innumerables vasos sanguíneos se extienden hasta el último rincón de ese cuerpo imposible de definir, transportan la sangre, renuevan sin descanso las células. Envían información nueva y retiran información vieja. Envían consumo nuevo y retiran consumo viejo. Envían contradicciones nuevas y retiran contradicciones viejas. Al ritmo de las pulsaciones del corazón parpadea todo el cuerpo, se inflama de fiebre, bulle. La medianoche se acerca y, una vez superado el momento de máxima actividad, el metabolismo basal sigue, sin flaquear, a fin de mantener el cuerpo con vida. Suyo es el zumbido que emite la ciudad en un bajo sostenido. Un zumbido sin vicisitudes, monótono, aunque lleno de presentimientos.

            Nuestra mirada escoge una zona donde se concentra la luz, enfoca aquel punto. Empezamos a descender despacio hacia allí. Un mar de luces de neón de distintos colores. Es lo que llaman un barrio de ocio”.

            Todo ello, tanto en el filme como en la novela, marcado desde la objetividad del reloj.

3aVJWERYG3goVDhKo1VtHULFtnoA partir de aquí nos encontramos con la presentación del personaje, caracterizado por sus gestos y su mirada. Se trata de Lemmy Caution; sabemos que su vida está acostumbrada a los riesgos pues desde el primer momento con una profesionalidad, que más parece frialdad absoluta, prepara su pistola. En ciertas descripciones de la narrativa de Haruki Murakami nos encontramos con personajes de este tipo, sacados de las novelas de pulp-fiction y de detectives; sin llegar a los extremos de violencia que anuncia Lemmy Caution, podríamos nombrar al investigador de “En cualquier lugar donde parezca que esto pueda hallarse” (en la colección de cuentos Sauce ciego, mujer dormida), heredero de tantos detectives que marcaron las primeras lecturas del autor japonés, aunque llevado al territorio de lo metafórico, pues no indaga en la suciedad de la ciudad, sino en la soledad.

  alphaville-anna-karina-natacha-von-braun          La falta de sentimientos se evidencia desde un primer momento por la utilización de la grosería como norma, pues nadie es amable, pero tampoco nadie se molesta ante las malas formas del otro, y por una ambigüedad erótica personalizada en las seductoras de clase tres en las cuales el deseo se transforma en una mera matemática de la carne, ¿no es similar la nieta del científico de El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas? Ambigüedad erótica que incita al sexo sin deseo. Poco después aparecerá Natascha von Braunn, la cual encuentra su reflejo en otro personaje de esa misma novela, la bibliotecaria y compañera del lector de sueños.

En el recorrido que Lemmy Caution realiza por Alphaville se vislumbra una urbe de edificios inhumanos con habitáculos que más parecen oficinas; un paisaje que refleja esa búsqueda de matar los sentimientos. Luces que deslumbran, y que en ningún momento resultan acogedoras, así es el paisaje de After Dark. Toda luz que aparece en Alphaville hiere a los ojos pero no hace desaparecer unas sombras que abruman, metáfora de este mundo despiadado en el que aquellos que no resisten la matematización del sentimiento son invitados a suicidarse o se les ajusticia en un terrible espectáculo donde las parcas son nadadoras sincronizadas.alphaville_05

Lemmy Caution se transformará en un héroe mitológico a la manera de Orfeo, o como el protagonista de El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas, cuando comience a indagar en los sentimientos que no están totalmente perdidos en Natascha. Aunque el lavado cerebral matemático al que son sometidos todos los habitantes de Alphaville ha hecho mella en ella, Natascha todavía se deja llevar por las palabras de la poesía en la cual está la salvación ante la frigidez de un mundo como este. Los versos que comienzan a mover lo que yace en su interior pertenecen a Capitale de la douleur de Paul Éluard, uno de los libros más importantes del surrealismo francés, publicado en 1926. Natascha va pronunciando algunos versos de esta obra

“Vivimos en el vacío de nuestras metamorfosis

pero el eco que resuena a lo largo del día,

más allá del tiempo, de la angustia

o la caricia sigue preguntándose

si estamos cerca o lejos de nuestra conciencia”

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El libro más importante que ha de estar en todas las habitaciones de hotel de Alphaville es la Biblia, aunque una biblia un tanto peculiar, pues se trata, en realidad, de un diccionario en el que se han eliminado aquellas palabras que pueden hacer recapacitar a los ciudadanos, igual que en 1984 cuando, por orden del Gran Hermano, los distintos Ministerios (y así aparecen mencionados también en Alphaville) borran aquellos sucesos que pueden desmentir los intereses históricos del totalitarismo.

            Justo en la secuencia de Alphaville en la cual Lemmy y Natascha se aproximan a la poesía, se hace especialmente evidente la presencia de un televisor que, hasta apagado, resulta inquietante, igual que ocurre con tantos momentos en las novelas de Haruki Murakami (en After Dark y en Kafka en la orilla especialmente).

            La llegada de la policía acaba con ese acercamiento al origen olvidado de Natascha que es un viaje en busca de los sentimientos perdidos. Lemmy es descubierto como lo que es, pero a la manera de Tooru Okada (Crónica del pájaro que da cuerda al mundo) o el protagonista de El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas, como si fuese un héroe épico que acaba con el monstruo, Lemmy Caution, agente secreto 003 de los Países Exteriores, terminará su misión, recorrerá el laberinto de despersonalización e insensibilidad y rescatará a una doncella que no ha de mirar atrás para buscar aquellas palabras que le hagan recuperar la esencia perdida. ¿No es lo mismo en El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas?

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Acerca de lamansiondelgaviero

Escritor y amante de la literatura. Obras publicadas en kindle: "Realismo mágico y soledad, la narrativa de Haruki Murakami", "Castillos entre niebla", "Amadís de Gaula, adaptación", "El tiempo en el rostro, un libro de poesía", Álvaro Mutis, poesía y aventura", "Edición y estudio de Visto y Soñado de Luis Valera" y mis últimas publicaciones "Tratado de la Reintegración. Martines de Pasqually. Traducción de Hugo de Roccanera", "El Tarot de los Iluminadores de la Edad Media. Traducción de Hugo de Roccanera", La gran conquista de ultramar, versión modernizada en cuatro volúmenes.
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3 respuestas a De Alphaville a Murakami

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